La electroestimulación muscular (EMS), también llamada electro-fitness, se combina con el ejercicio físico activo, lo que permite optimizar los resultados y acortar sustancialmente el tiempo de entrenamiento. Esta técnica se utiliza desde hace unos 30 años y es más conocido su uso en fisioterapia para el tratamiento del dolor, desde hace ya unos 15 años se ha comenzado a implantar en el ámbito del fitness. Los aparatos de electroestimulación, lo que hacen es enviar al músculo impulsos para estimularlos y generar movimientos de contracción y extensión sin que haya una voluntariedad en ello. De este modo por ejemplo, una sesión de veinte minutos con los electrodos situados en los abdominales equivale a realizar unos 2000 abdominales, en función de la frecuencia y la intensidad de los impulsos eléctricos con la que se programe el aparato. Sin embargo, para que sea realmente eficaz hay que combinarlo con ejercicios activos y reales.